El pasado 21 de febrero de 2013 el periódico Sur.es
publicaba la siguiente noticia en Málaga, fue un hecho trágico en el que Laila
de 35 años perdió la vida al precipitarse desde un tercer piso, un hecho ante
el que no podemos callarnos, este es solo un ejemplo de cómo la explotación
laboral acaba lentamente y en otras ocasiones de manera inesperada con las
vidas de las mujeres migrantes trabajadoras de hogar.
Es por ello que SEDOAC EXIGE una vez más al
Gobierno del Estado Español la ratificación del Convenio 189 de la OIT, en el
que se garantizan los derechos fundamentales de todos y todas las trabajadoras domésticas.
“Lo que empezaba como un día de trabajo normal
acabó en tragedia. El aviso llegó pasadas las nueve de la mañana. Una llamada
alertaba al Servicio de Emergencias 112 de que una mujer había caído desde un
tercer piso de la calle Carril del Capitán, en Teatinos. Cuando llegó la
ambulancia la encontraron tan malherida que no pudieron hacer nada por ella.
Era empleada del hogar y estaba limpiando la ventana de un patio interior por
la que se precipitó según informaron fuentes policiales. Al cabo de unas horas,
la Inspección de Trabajo determinó que se trataba de un accidente laboral.
Se llamaba Laila y tenía 35 años. De origen
marroquí pero con pasaporte español, llevaba prácticamente toda su vida en
Málaga y era muy querida en el barrio donde residía, la Colonia Santa Inés,
según declararon algunos vecinos del mismo. Allí, el marido de la víctima,
Mohamed C., señalaba que su esposa trabajaba desde hacía varios años como
limpiadora en el domicilio donde tuvo lugar el suceso, pero no estaba dada de
alta en la Seguridad Social, extremo que no pudo ser confirmado ayer por los
sindicatos.
Asimismo, SUR intentó sin éxito hablar con la
familia contratante. «Laila me dijo que tenían intención de legalizar sus
servicios porque estaban muy contentos con ella, pero aún no habían dado ese
paso. Iba a limpiar cuatro horas tres días a la semana y solo hablaba cosas
buenas sobre ellos, por lo que a pesar de esta desgracia no quiero
perjudicarles ni buscarles una ruina», declaró.
La pareja tiene dos niñas (una de cinco años y
otra de 20 meses). Precisamente, durante el embarazo de la más pequeña, Laila dejó
de prestar sus servicios a esta familia y retomó de nuevo el contacto con ellos
a mediados del año pasado, dijo su esposo: «Exactamente no recuerdo el tiempo
exacto que llevaba trabajando en el piso pero varios años seguro».
Imagen inolvidable
Mohamed apuntó que fue la misma jefa de su mujer
la que se desplazó hasta su casa para comunicarle en persona el trágico
accidente. «Cuando llegué y la vi tapada no me lo podía creer, estaba tan
destrozada que no querían ni que me acercara. Esa imagen jamás la olvidaré»,
afirmó. Algunos residentes de la urbanización lamentaron los hechos y
resaltaron que los contratantes de la víctima residen allí desde que se
entregaron las viviendas, de las primeras construidas en el barrio.
La Policía Local se personó en el lugar y
aseguró que, al tratarse de un accidente laboral, la competencia es de la
Policía Nacional, cuyas fuentes indicaron que se ha abierto una investigación
para esclarecer el suceso.”
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